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PSICOTERAPIA A TRAVES DEL PSICODRAMA

La psicoterapia grupal con psicodrama es un enfoque terapéutico que combina elementos de la terapia grupal y el psicodrama. En un grupo de psicoterapia con psicodrama, los participantes exploran y resuelven sus problemas emocionales y psicológicos a través de la dramatización y la interacción con otros miembros del grupo. El terapeuta actúa como director y guía del proceso, y el grupo es visto como una comunidad de apoyo en la que los miembros pueden compartir sus experiencias y ayudarse mutuamente a superar desafíos psicológicos. Este enfoque terapéutico puede ser efectivo para tratar una amplia gama de problemas, incluidos los trastornos emocionales, los problemas de relación y la falta de autoestima.

ETAPAS DEL PSICODRAMA

Las etapas del psicodrama incluyen:

  1. Warm-up: El terapeuta introduce el tema y prepara a los participantes para la dramatización.
  2. Elegir un protagonista: Un miembro del grupo es elegido como protagonista y explora un problema o desafío personal a través de la dramatización.
  3. Dramatización: La dramatización es una escena que representa el problema o desafío del protagonista. Otros miembros del grupo pueden actuar como personajes secundarios o ayudar a explorar diferentes perspectivas.
  4. Toma de conciencia y resolución: A través de la dramatización, el protagonista puede tener una nueva comprensión de su problema y encontrar una solución.
  5. Sharing y reflexión: Al final de la dramatización, se realiza una discusión en grupo para compartir las lecciones aprendidas y reflexionar sobre el proceso.
  6. Cierre: El terapeuta cierra la sesión y suministra retroalimentación a los participantes.

Es importante tener en cuenta que la estructura del psicodrama puede variar ligeramente dependiendo del enfoque terapéutico y del terapeuta. Sin embargo, estas son las etapas generales de una sesión de psicodrama.

Escuelas de psicología que utilizan el psicodrama:

El Psicodrama Conductual es un enfoque terapéutico que combina técnicas de psicodrama y de terapia conductual. En este enfoque, se utilizan técnicas dramáticas para explorar y resolver problemas conductuales y emocionales. Los pacientes pueden asumir roles y explorar patrones de comportamiento en un ambiente seguro y controlado. Además, el terapeuta utiliza técnicas conductuales para ayudar al paciente a identificar y cambiar comportamientos indeseables. Este enfoque es efectivo en el tratamiento de trastornos emocionales y conductuales, como la ansiedad, la depresión y los trastornos de personalidad.

El Psicodrama Psicoanalítico es un enfoque terapéutico que combina técnicas de psicodrama y de psicoanálisis. En este enfoque, se utilizan técnicas dramáticas para explorar y resolver conflictos psicológicos profundos y patrones de comportamiento. Los pacientes pueden asumir roles y reenactar escenas de su vida para descubrir y comprender sus motivaciones inconscientes. Además, el terapeuta utiliza la interpretación y la exploración de la relación terapéutica para ayudar al paciente a desarrollar una mayor comprensión de sí mismo y de sus conflictos. Este enfoque es efectivo en el tratamiento de trastornos emocionales y psicológicos, como la ansiedad, la depresión y los trastornos de la personalidad.

El Psicodrama Sistémico es un enfoque terapéutico que combina técnicas de psicodrama y de terapia sistémica. En este enfoque, se utilizan técnicas dramáticas para explorar y resolver problemas en el contexto de las relaciones y los sistemas en los que el paciente está involucrado. Los pacientes pueden asumir roles y reenactar escenas para ver cómo sus relaciones y su entorno influyen en sus problemas. Además, el terapeuta utiliza un enfoque sistémico para ayudar al paciente a comprender cómo su comportamiento está interrelacionado con el comportamiento de los demás y con la dinámica del sistema en el que están involucrados. Este enfoque es efectivo en el tratamiento de problemas de relación, como la conflictividad familiar y de pareja, así como en el tratamiento de trastornos emocionales y conductuales.

El Psicodrama Humanista es un enfoque terapéutico que combina técnicas de psicodrama y de terapia humanista. En este enfoque, se utilizan técnicas dramáticas para explorar y resolver problemas emocionales y de desarrollo personal. Los pacientes pueden asumir roles y reeditar escenas para comprender y superar obstáculos emocionales y de autoaceptación. Además, el terapeuta utiliza un enfoque humanista para fomentar la empatía, la comprensión y el desarrollo positivo de la identidad del paciente. Este enfoque se centra en el presente y en el potencial humano, y es efectivo en el tratamiento de problemas de baja autoestima, problemas de relación y trastornos emocionales.

Los Problemas en Psicoterapia

Condiciones y escenarios que dificultan la acción del terapeuta

La terapia: relación entre individuos y subjetividades a través del discurso

Fortes de Lef, J., Et al. (2009). El terapeuta y sus errores. Reflexiones sobre la terapia.

Al respecto mencionan:
La terapia constituye una relación entre consulta antes y terapeuta (y las voces de un superior, colegas, comunidades profesionales, sociales, políticas, religiosas, etc.) a partir de una demanda y el suministro de un servicio: la atención y el saber del terapeuta, para lo cual fue entrenado. Aparecen multiplicidad de procesos que buscan atender la demanda terapéutica y que repercuten tanto los consulta antes como en el terapeuta.
El terapeuta construye sobre su conocimiento de la teoría y la práctica clínica sus propias experiencias de vida, así como su relación terapéutica con los consulta antes, en la que surge un flujo de conocimiento en diferentes esferas. Es por ello un proceso de co-construcción de conocimiento, de los otros y de sí mismo, en el que los integrantes de ese espacio participan desde sus diferentes posiciones.

Es importante reconocer el saber del terapeuta, quien cuenta con un conocimiento teórico y clínico, basado en años de formación, que pone al servicio de la demanda terapéutica. El que el terapeuta a su oposición -a partir de sus saberes- en la conversación terapéutica no implica una relación de dominio con los consultantes. Más que pretender establecer relaciones igualitarias en el espacio terapéutico, considere importante trabajar construyendo relaciones equivalentes o equitativas, para reconocer diferencias (de saberes, de género, origen étnico, racial, religioso, social) incorporar las a un diálogo respetuoso. Si bien es cierto que igualdad no es sinónimo    de equidad, considero que esta última reconoce la presencia de diferencias, que incorporan la diversidad al diálogo, donde el criterio de igualdad puede oscurecer su presencia y significado (…).

El sistema terapéutico se desencadena en una multiplicidad de procesos en los que el terapeuta y consulta antes resuenan, convergen y divergen. No podemos marcar un límite rígido e inflexible entre los mundos del terapeuta y los consultantes: se trata de una compleja interacción de dos mundos y sub mundos, de los consulta antes como sistema y como subsistemas individuales, los mundos en la vida personal y profesional del terapeuta, así como los contextos sociales y políticos que intervienen en el proceso terapéutico. Es importante conocer también su diferencia: lo que separa la vida de cada uno en esta interacción de subjetividades que se da en el proceso terapéutico, incluida la diferencia entre los espacios del terapeuta y los consultantes.

Dr. Alvaro Silva

Terapia de ordalia

Jay Haley describe como es:

Terapia no convencional: La técnica de ordalía

Esta técnica, resulta fácil deslindar la tarea del terapeuta: consiste en imponer un ordalía adecuada al problema de la persona que desea cambiar y, a la vez, más severa que ese problema. Así como un castigo debe adecuarse al crimen que pena, del mismo modo que el requisito principal de una ordalía es que provoque una zozobra igual o mayor que la que ocasiona por el síntoma. Si no lo bastante rigurosa para extinguir el síntoma, casi siempre se puede aumentar su magnitud hasta que lo sea. Por otra parte, conviene que la ordalía beneficia la persona; a todos nos resulta dificultoso hacer algo que nos beneficie, y parece que les cuesta particularmente a quienes demandan terapia. La gimnasia, perfeccionamiento espiritual, la observancia de una dieta saludable, y demás actividades de autosuperación: he ahí otros tantos ejemplos de lo beneficioso para las personas. Éstas ordalías pueden incluir también hacer un sacrificio por otros.

En segundo lugar, la ordalía debe ser algo que la persona puede ejecutar y a lo que no pueda oponer objeciones válidas. En otras palabras, debe ser de tal naturaleza que el terapeuta diga sin reservas: «esto no le dará ninguna de sus normas morales y es algo que usted puede hacer». Por último, un ordalía terapéutica no debe causar daño sujeto, ni en ninguna otra persona.

Dentro de estas características, la ordalía propuesta puede ser tosca, como un instrumento sin filo, o ingeniosa y sutil. Puede, por otra parte, ser estándar, aplicable a diversos problemas, o bien estar cuidadosamente diseñada para una persona o familia en particular, siendo inadecuada en cualquier otro caso. Un ejemplo de ordalía estándar es hacer gimnasia en mitad de la noche cada vez que se haya presentado el síntoma durante el día…

Una última característica: hay casos en que la persona debe pasar reiteradamente por un ordalía para curarse el síntoma; en otros, la simple amenaza de un ordalía basta para curarla. Cuando el terapeuta presentan ordalía como un procedimiento y su cliente lo admite, no es raro que esa persona abandone el síntoma antes de que la ordalía haya llegado a ejecutarse.

Tipos de ordalía

Hay toda una gama de ellos. Aquí podemos enumerar unos pocos e ilustrarlo con ejemplos.

Tarea directa

Cuando el ordalía es una tarea directa, el terapeuta explica claramente el problema y pide que, cada vez que se presente, la persona se someta a determinada ordalía. Durante la entrevista, averiguar qué clase de actividad debería intensificar el cliente para su propio bien, a menudo sin aclarar el propósito es indagación. Una respuesta típica es que esa persona debía practicar más ejercicios físicos. Por consiguiente el terapeuta le ordena que a determinada cantidad de ejercicios cada vez que se presenten síntomas. En muchos casos, lo mejor es hacer practicar en mitad de la noche: se pide el cliente que, al irse a dormir fije la alarma del despertador para las 3 de la mañana; a esa hora deberá levantarse y hacer los ejercicios. Tras esto, volverá dormirse, con lo cual el procedimiento se asemeja a un sueño pesadilla. Los ejercicios deben ser intensos, lo suficiente para que esta persona tenga los músculos doloridos al día siguiente.

Haley, J. (1984). Terapia de ordalía. Caminos inusuales para modifcar la conducta. Buenos Aires: Amorrortu

psicoterapia

Integración en Psicoterapia

Integración en Psicoterapia

Psicoterapia integracionista: La integración de diversas corrientes en psicoterapia

El proceso la terapia debe estar coordinado con la entidad tratada. A fin de ser satisfactoria y científica, lógica y la técnica terapéuticas deberían derivarse de una taxonomía que ordenaría los tipos psicológicos esenciales de la personalidad en un esquema conceptual coherente. Desde la perspectiva de las ciencias físicas, esta afirmación parece obvia. La física cuenta con el modelo básico y la química con la tabla periódica. La primera agrupa las diversas partículas subatómicas; la segunda ordena los diversos elementos. Por ejemplo, un ingeniero químico que desee perfeccionar el proceso químico utilizado en la elaboración de un determinado compuesto, evidentemente examinará que tiene de común con otros planteamientos, pero sólo en conexión con la lógica de la propia química, para desarrollar una solución de orden superior que tenga verdadero sentido. Las características de otros abordajes no se pueden adoptar simplemente por su frecuencia. Más bien las leyes de la química, junto a las características del compuesto particular, dictan que resultara satisfactorio.

Asimismo, los terapeutas deben entender las características y las dinámicas de los pacientes a quienes tratan para determinar el resultado de la terapia. Lejos de demostrar que la psicoterapia haya evolucionado, los abordajes contemporáneos escritos anteriormente reflejan una psicopatología fragmentada y desconyuntada, en la cual la ramas pura y aplicada de la ciencia se han desarrollado por separado. Como análisis final, sólo podemos concluir que las propiedades sintéticas y formales de la sonoridad son las que dictan nuevas formas de psicoterapia, proporcionan una vía para la integración de las históricas escuelas dogmáticas y explican el hallazgo inicial de que la mayoría de psicoterapia son efectivas por igual.

Retrospectivamente, la revolución ante el dogmatismo de las escuelas históricas eran inevitables. Tanto si es psicoanalítica, cognitiva, conductual o biológica, cada una de ellas constituyen sólo una visión parcial de naturales humana. En las llamadas ciencias duras, se producen avances al intentar falsear los modelos establecidos. Los resultados apoyan una teoría mientras que rechazan las otras. Por el contrario, las ciencias sociales están menos vinculadas intrínsecamente; los avances tienen lugar cuando surge una nueva aria de contenido en el centro del conocimiento científico, generándose así una nueva manera de considerar ese ámbito, un paradigma innovador. En estos términos, escuelas psico dinámica subraya la importancia del inconsciente, los mecanismos de defensa y las relaciones fetales tempranas; la terapia tratará de hacer consciente lo inconsciente o de desenmarañar los residuos nocivos de las relaciones tempranas con los cuidadores. La escuela interpersonal subraye los principios de correspondencia y complementaridad; la terapia no quedará atrapada en los mismos círculos viciosos preexistentes, sino que promoverá el desarrollo de nuevos modos de comportarse mediante respuestas no complementarias. La escuela cognitiva se basa la importancia de los pensamientos automáticos y las distorsiones y crece cognitivas; la terapia consiste en enseñar a los clientes a identificar esos pensamientos y sustituirlo por alternativas funcionales. Todas las perspectivas e lucirán importantes áreas de la personalidad, pero no proporcionan los principios integradores necesarios. En vez de ello, el modelo actual en psicoterapia es el eclecticismo inteligente, la selectividad basada principalmente en las experiencias del pasado con clientes similares.

Por otra parte, la definición de personalidad, patrón de variables que engloban la matriz entera de la persona, no puede apoyar este modelo. La personalidad es una estructura interconectada de comportamientos, cogniciones y procesos intrapsíquicos. La interpretación de estructuras y funciones psíquicas es lo que distingue los trastornos de la personalidad de otros síndromes clínicos. El sinergismo resultante ofrece la personalidad global una estabilidad que comporta que los trastornos de la personalidad resulten excesivamente complicados de resolver, al menos desde las formas de terapias tradicionales. En consecuencia, la terapia de la personalidad presenta una estructura formal muy similar a la de la propia personalidad. La terapia debe ser más que la suma de sus partes, ya que la personalidad también es más que la suma de sus partes. La terapia debería estar integrada (y, por lo tanto, resulta tan eficaz), integrada y estable es la personalidad. Hay que considerar la psicoterapia integracionista con una configuración de estrategias y tácticas en las que cada técnica de intervención se selecciona por su eficacia para resolver estados patológicos y también por su contribución en el patrón global de procedimientos de tratamiento, de los cuales es solamente uno. Por ello, la patología de la personalidad engloba un tipo de trastornos para los que se requiere explícitamente una base teórica integracionista. Cualquier otra elección es peor. Por otra parte, los trastornos de la personalidad recién simplemente un hombre inapropiado y sería mejor calificarlo de trastornos cognitivos, trastornos interpersonales o trastornos psicodinámicos (MIllon, 1999).

La idea de que la personalidad es un sistema funcional -estructural permite efectuar determinadas predicciones sobre la personalidad y sus modelos más adecuados de terapia. En primer lugar, explica porque los trastornos de la personalidad parecen tan complicados clínicamente. Los sistemas buscan de una manera natural inestabilidad interna, sumidos taxis. Por ejemplo, los factores estresantes de la vida cotidiana afectan a las personalidades patológicas y a las personalidades normales. Estos factores pueden abarcar desde lo más cotidiano, como es levantarse por la mañana, hasta lo más profundo como es el fallecimiento de uno de los progenitores o no conseguir el sueño de toda la vida. Subjetivamente, estos estresantes provocan ansiedad que puede manejarse de muchas maneras. Por ejemplo, se pueden aplicar mecanismos lógicos de enfrentamiento para encontrar una solución realista o mecanismo de defensa para reprimir, reconducir o transformar esa ansiedad. En cualquier caso, el objetivo es siempre la estabilidad, no el cambio. En la personalidad, cada una de las áreas utiliza como lastre a las demás reforzando así la estructura entera. Como formas estables regulares de pensar, sentir y percibir, los trastornos de la personalidad tienen como objetivo la homeostasis, que intrínsicamente no coincide con el mundo psicosocial, generando círculo vicioso que perpetúan los mismos dilemas una y otra vez. Por definición, su patología, que es estable, regular y duradera, engloban a la matriz entera de la persona como si fuera un lastre. En consecuencia, la naturaleza de la personalidad que dice que la psicoterapia es de las escuelas, las que se basan en una única perspectiva, estarán muy contaminadas por los trastornos de la personalidad. Y este es el mundo real para los clínicos de todas partes.

Volviendo al tema del comienzo en este apartado, las intervenciones estrictamente lineales no pueden funcionar bien con trastornos que se mantienen a través de una causalidad recíproca. Al apagar un incendio con fuego y el aplicar múltiples técnicas en consonancia con las características identificadas en la evaluación (características relevantes en cada caso correcto), la terapia puede aplicarse de manera que el equilibrio de la persona quede «perforado», haciendo funcionar procesos de cambios que se construyen y se refuerzan entre sí y generando cambios en todo el sistema. La psicoterapia integracionista se basa en la aplicación de múltiples técnicas, derivadas probablemente de cada una de las áreas de la personalidad y seleccionadas específicamente para demostrar un eficacia superior a la que cabría esperar si se aplicara una sola técnica. En cambio, las terapia las escuelas se consideran lineales y newtonianas, y la eficacia del eclecticismo terapéutico, que carece de una taxonomía derivada de la teoría y su coordinación con las áreas de la personalidad, mediante las cuales entender a los individuos, se considera meramente aleatoria.

Bibliografía:

Millon, T. y Davis, R. (2001).Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Barcelona: Masson

Psicodrama – Psicoterapia Grupal

Psicodrama y el nacer de la psicoterapia de grupo

Uno de los mayores exponentes del psicodrama, Jaime Rojas Bermudes, menciona:

El psicodrama es un método psicoterapéutico o no las raíces en el teatro, la psicología y la sociología. Desde el punto de vista técnico, constituye en principio un procedimiento de acción y de interacción. Su núcleo es la Dramatización. A diferencia de las psicoterapias puramente verbales, el psicodrama hace intervenir manifiestamente el cuerpo en sus variadas expresiones e interacciones con otros cuerpos. Esta intervención corporal involucra el compromiso total con lo que se realiza, compromiso que resulta fundamental para la terapia y, por ende, para el individuo y para el desarrollo de mejores y más completos medios de comunicación con sus semejantes. En el psicodrama no se deja de lado lo verbal, sino que, por el contrario, se jerarquizan las palabras al incluirlas en un contexto más amplio, como lo es el de los actos. Así, el individuo se hace cargo de lo que dice y responde con su hacer . Desde el punto de vista psicoterapéutico, esta participación corporal ha demostrado fehacientemente ser un valioso método para evidenciar las defensas conscientes e inconsciente del paciente, así como sus conductas y cuadros patológicos.

“ Históricamente, el psicodrama representa el punto decisivo en el pasaje el tratamiento del individuo aislado hacia el tratamiento del individuo en grupos; del tratamiento del individuo con métodos verbales hacia el tratamiento con métodos de acción” (J.L. Moreno).

El psicodrama, además es una técnica de psicoterapia directa, es decir que en ella el proceso terapéutico se realiza en el «aquí y ahora», con todos los elementos emocionales constitutivos de la situación patológica que se expresan a través de los personajes y circunstancias concurrentes. El psicodramatista puede actuar así “in vivo”, objetiva ando y analizando la situación presente cuantas veces sea necesario para su esclarecimiento y comprensión. Por otra parte, los alcances de psicodrama van desde lo individual hasta lo social; más aún, sus peculiaridades amalgaman lo uno y lo otro de tal manera que los hacen inseparables. El enfoque centrado en el individuo inevitablemente lleva, a reconstruir la escena, el contexto social en que se desenvolvió; el enfoque en el grupo social inevitablemente lleva, al jugar la escena, a individualizar los personajes que lo constituyen y a caracterizarlo.

La dramatización permite así una visión conjunta y un y zona de estos enfoques, así como de sus interacciones e influencias mutuas.

El psicodrama ubica al individuo en su medio, no lo trata como un ente aislado. El hombre aislado, sólo, es una abstracción; no existe. Para hacer, nacer, crecer, vivir y reproducirse a necesitado de otros. El psicodrama reconstruye el contexto de cada individuo y lo pone en movimiento. Las interacciones se manifiestan, y ya no es el individuo aislado el qué dramatiza sino un grupo que expresa sus interrelaciones. El psicodrama investiga al máximo los vínculos y sus características; no se detiene en el vínculo bipersonal, sino que, además, estudia e investiga los vínculos multipersonales y sus influencias conjuntas «in toto», sin desglosarlos. Relatar linealmente una determinada situación, en la que el individuo va refiriéndose sucesivamente a cada uno de los personajes actuantes, no es lo mismo que revivir dicha situación con todos los personajes actuando al mismo tiempo, tal cual ocurrió. En el relato lineal dichos personajes van apareciendo uno tras otro, y el paciente irá refiriendo al vínculo y características de sí mismo, así como los hechos ocurridos entre ellos, sucesiva pero no simultáneamente. En la técnica psicodramatica, la estructura particular existe en el momento de los hechos es de fundamental importancia para la comprensión y explicación de las conductas ocurridas. Es por ello que la reconstrucción espacial y temporal forma parte de la rutina psicodramatica, y a partir de ella se inician las dramatizaciones.

Rojas-Bermudez, J. (1984). Que es el sicodrama?. Buenos Aires: Celcius